Cuatro de cada diez viajeros de negocios españoles utilizan las tarjetas corporativas para realizar compras personales, según un estudio encargado por CWT, la empresa global de gestión de viajes. Esta cifra, que coincide con la media global, es inferior a las europeas y americanas, que se sitúan en un 46 %, y ligeramente superior al 38 % correspondiente a Asia Pacífico.
"Los gestores de viajes deben hacer frente al uso indebido de las tarjetas de empresa y averiguar por qué los viajeros no respetan las normas de la compañía al respecto", afirma Christophe Renard, vicepresidente de CWT Solutions Group, la división de consultoría de CWT.
La popularidad de esta práctica contrasta con la existencia de políticas que prohíben el uso de tarjetas corporativas para gastos personales en la mayoría de empresas. En el caso de España, por ejemplo, el 58 % de los encuestados afirma que su empresa cuenta con una de estas políticas, con una tasa de obligatoriedad del 91 %. También el 58 % de los viajeros corporativos europeos y el 63 % de los americanos admiten la existencia de esas reglas en sus empresas, con una tasa de obligatoriedad del 85 % para ambas regiones. En el caso de los viajeros de negocios de la zona de Asia Pacífico, el 69 % responde que su empresa tiene una política al respecto, con una tasa de obligatoriedad del 87 %.
Por otro lado, más de la mitad (57 %) de los viajeros de negocios españoles encuestados dispone de una tarjeta de empresa, una cifra cercana a la media global, del 61 %. Los viajeros de Asia Pacífico son los más propensos a contar con una tarjeta corporativa (67 %), seguidos de los americanos (61 %) y europeos (56 %).
Y aunque las tarjetas de empresa se utilizan para realizar compras personales, los resultados de la encuesta también muestran que las tarjetas personales se usan a menudo para hacer pagos relacionados con los viajes de trabajo.
Así, el 36 % de los viajeros de negocios españoles admite utilizar siempre su tarjeta de crédito personal cuando viaja por negocios. Aunque esta cifra es inferior a los porcentajes de otros países europeos –como Francia (53 %), Italia (51 %) Suecia (46 %), Reino Unido (40 %) y Alemania (39 %)– y a las medias de Europa (44 %), América (48 %) y Asia Pacífico (55 %).
“El uso de tarjetas de crédito personales para pagos corporativos dificulta el seguimiento de los gastos de viaje por parte de las empresas, lo que complica a su vez que se cumplan las políticas de viajes”, explica Renard. “Las tarjetas de pago virtuales pueden ser muy útiles para aquellas empresas que no quieren contratar tarjetas de crédito para sus empleados. Así, los viajeros no necesitarán utilizar las tarjetas propias para gastos corporativos y las organizaciones podrán saber con exactitud en qué se gasta su dinero”, añade.
Acerca de CWT
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